La pintura realista de Blanca de Ulibarri comprende, en su mayor parte, paisaje, figura, interiores y bodegones. Con una larga trayectoria artística, sus cuadros han experimentado una gran evolución. Sin embargo, en su últimos trabajos, su pintura se vuelve, si cabe, más intimista y plácida, de forma que los objetos mas cotidianos y, en apariencia, más sencillos, reflejan mucho más que la realidad. Su contemplación, sugiere situaciones que hacen pensar al espectador.

Lejos de mostrar en general "naturalezas muertas", su pintura esta llena de vida, como si la artista hubiera entrado fugazmente al lugar donde se encontraban tales objetos y los hubiera llevado al lienzo, valorando la gran importancia de los momentos pequeños, muchos veces olvidados.

Simples a primera vista, su dominio del dibujo, del color y su formación humanística, contribuyen a que sus trabajos -como fotogramas sueltos de una película- y realizados con exquisita limpieza, demuestren que son obra de una maestra en tan difícil arte. Blanca, pintora experimentada, ha participado en diversos certámenes y numerosas exposiciones en su ya prolongada carrera artística.

Maite García Nieto. Escritora